Hello Naomi!!!


Tarta de ruibarbo y frutillas





El ruibarbo (Rheum rhabarbarum) es una planta cultivada que proviene del sureste de Europa. Su altura es de hasta tres metros y consta de hojas con peciolos gruesos de (normalmente) entre 2 y 5 centímetros de grosor. El color del peciolo varía entre el verde y el rojo y es la única parte comestible. Su tallo subterráneo es un rizoma que le sirve para almacenar nutrientes durante el invierno.
El ruibarbo puede consumirse crudo, directamente o aderezándolo como ensalada y también cocido (compota de ruibarbo) o en pasteles.
La planta vive varios años y desaparece en el invierno antes de aparecer nuevamente en primavera. Su cosecha no debe pasar el mes de junio (en el hemisferio norte) porque al crecer produce cada vez más ácido oxálico, que convierte al ruibarbo en incomestible.
Quiero hacer esta receta, ya que tenemos frutillas en esta época del año, pero me gustaría saber donde conseguir ruibarbo para probarlo. Si alguien sabe donde, que me avise!!!!! *(^_^)*


Té frío...




El Té helado (en inglés Iced tea o Ice tea) se trata de una forma helada de Té, servida a menudo en un vaso con hielo. Cualquier variedad de té puede ser susceptible de ser empleado como té helado, todo de acuerdo con los gustos particulares. Hoy en día existen marcas comerciales que distribuyen el té en botella o en lata. Es aconsejable permitir al té que se enfríe hasta temperatura ambiente antes de hacer té helado, ya que de lo contrario es muy posible que se formen condensados, lo que daría al té un aspecto lechoso así como un sabor ligeramente ácido. El té caliente puede ser vertido sobre un vaso con hielo (si se filtra el sabor no se ve afectado por esta operación).
El té helado suele servirse con algunas hojas de menta y alguna que otra rodaja de limón, también suele ser dulce por la adición de azúcar (o edulcorante). Todo ello mezclado con una cuchara de té helado que suele ser alargada para poder agitar el fondo.
Es un opción muy recomendable para consumir en lugar de jugos artificiales y gaseosas, hasta puede resultar más barato.
Anímense y prueben...

Chia


Para los mayas, la chía (Salvia hispanica) era uno de los cuatro cultivos básicos destinados a su alimentación, junto al maíz, el poroto y el amaranto. De allí que ofrendaban estas semillas a los dioses, en agradecimiento por las cosechas.

Los aztecas usaban la chía en distintos preparados nutricionales y medicinales, como así también en la elaboración de ungüentos cosméticos. Era fuente de energía para travesías prolongadas y alimento para los guerreros, combinada con maíz. Una comida típica (tzoalli) la preparaban con semillas de amaranto y chía tostadas, miel de maguey y harina de maíz. La harina de chía tostada se utilizaba en la preparación de una popular bebida refrescante y nutritiva, costumbre que, con variantes, hoy persiste en Centroamérica y se denomina “chía fresca” (agua, limón y chía). Los ceramistas y pintores utilizaban el aceite de chía para la preparación de barnices y pinturas, que se destacaban por su brillo y resistencia al envejecimiento. La harina de chía podía ser almacenada mucho tiempo, podía transportarse fácilmente en viajes largos y se utilizaba como moneda de pago para tributos y transacciones.


Caracteristicas Nutricionales:

Las semillas de chía representan la fuente vegetal con más alta concentración de omega 3. Poseen un 33% de aceite, del cual el ácido linolénico (omega 3) representa el 62% y el linoleico (omega 6) el 20%. La chía es el cultivo con mayor porcentaje de AGE al tener el 82% de sus lípidos con dicha característica.
Los AGE, y sobre todo los omega 3, cumplen importantísimas funciones orgánicas. Sus principales beneficios para la salud son: disminuyen el índice de enfermedades coronarias; ayudan a normalizar la presión arterial elevada; reducen el nivel de colesterol; protegen al corazón contra daños causados por ataques cardíacos; juegan un papel fundamental en el mejora de los sistemas nervioso e inmunológico; ayudan en el sano desarrollo del embarazo y del crecimiento infantil.
También la semilla de chía está muy bien dotada de antioxidantes, los cuales, además de resultar un saludable aporte dietario y terapéutico, sirven a la buena conservación del aceite. Esto explica como los mayas, sin grandes técnicas de conservación, podían almacenar la harina de chía durante largos períodos sin que se pusiese rancia, algo poco habitual en semillas oleaginosas. Los antioxidantes, además de proteger los ácidos grasos, nos protegen de tumores, afecciones cardiovasculares, inflamaciones, virus y radicales libres.

Más allá de su excelente perfil lipídico, la chía tiene buena dosis de proteína (23%), sin ausencia de los aminoácidos esenciales y con buen contenido de lisina, aminoácido limitante en los cereales. La chia no posee gluten, o sea que puede ser consumida por los celíacos. En materia de vitaminas, es una buena fuente del grupo B. La carencia de vitamina B es uno de los factores que incrementan el índice de homocisteína en sangre, lo cual favorece la formación de depósitos de placas en las paredes arteriales e incrementa el riesgo de afecciones cardiovasculares y apoplejía.
Pero es en materia de minerales que la chía vuelve a destacarse. En materia de calcio, posee 714 mg en la semilla entera y 1.180 mg en las semillas parcialmente desgrasadas (harina). Además posee gran riqueza en magnesio (390 mg), potasio (700 mg) y fósforo (1.057 mg), minerales sinérgicos al calcio. En materia de oligoelementos, la chía es una gran fuente de hierro (16,4 mg). La chía también contiene buenos valores de cinc y manganeso, siendo muy pobre en sodio.
Otra virtud de la chía es su buena cantidad (27%) y calidad de fibra, sobre todo en forma de fibra soluble (mucílagos). Este tipo de fibra retarda el índice de glucosa en sangre y reduce la absorción de colesterol.